Entradas

Mostrando entradas de junio, 2010

Muñeca de trapo

Hellen fue violada a los diez años por Duck, un viejo amigo de su padre. Después de ese incidente, su madre, pidió el divorcio de su marido, Hank, y la custodia de su pequeña hija. Su madre tenía problemas con el juego y su padre con la bebida, así que los tribunales sociales, no admitieron que Hellen viviera con ninguno de los dos padres, pues veían que la niña no vivía en un entorno sano y estable, donde pudiera formarse y obtener una correcta educación para su futuro, y que su vida corría peligro, en un ambiente tan inseguro. La custodia de Hellen fue cedida a un hogar de acogida especial, para menores que habían sufrido abusos sexuales, en Auburn, perteneciente al condado de Cayuga. Como medida complementaria, los tribunales decidieron poner una orden de alejamiento a ambos padres, hacía su hija. Al cumplir los dieciséis, Hellen volvió a Albany, con la intención de comenzar de nuevo su vida, en el lugar donde había crecido. No quiso tener contacto con sus padres, aunque la orden de

La Devoradora

- ¿Aproximadamente, desde cuando tiene ese sueño Richard? – pregunta Marion, su psicóloga privada. - Pues hará cuatro meses hoy. Comencé a tener ese sueño a principios de marzo, lo recuerdo muy bien, por que eran los últimos días fríos, de este invierno eterno. Y desde ese día, cada vez que me duermo, sueño con él. No hay noche en la que mi mente descanse y no aparezca en mis sueños – dice preocupado Richard, tumbado en el diván de la consulta, de techos altos y paredes color frambuesa.   - ¿Y siempre es el mismo sueño? – pregunta Marion mientras limpia sus gafas, de montura de pasta negra y granate – Quiero decir… ¿siempre pasan los mismos sucesos en sus sueños?, ¿salen los mismos personajes?, ¿realiza usted las mismas acciones en cada sueño? – reformula la pregunta, y saca otro bolígrafo del bolsillo de su blusa beige.   - Sí, así es. Es como si fuera una película. Que una vez me duermo, se enciende el botón de play en mi cabeza y no acaba hasta que me despierto. Y cada día es la