Amigas

¡Uf! Que resaca tengo de la cena de ayer – piensa Mamen mientras se despereza en una cama desconocida por ella - ¿Dónde coño estoy? – grita histérica. Mira por debajo de las mantas, para asegurarse que está vestida, y pone cara de alivio al ver que lleva un pijama de lo más antierótico, de osos amorosos.

- ¡Tesoro deja de gritar, que Ramón está dormido! – dice Pilar – es que llego está mañana a las 7.30. ¡Ya sabes como se pone Cuenca cuando hay fiestas!. Dice que ha tenido que tirar a la gente del pub, por que no se despegaban de las sillas. Bueno, vamos a desayunar rápido, que tenemos mucha prisa – dice Pilar mientras recoge la ropa del cuarto.

- Bien mujer... espérate un momento que vaya al baño y me refresque un poco, que estoy algo desorientada – dice Mamen levantándose de la cama lentamente. Parece como si fuera a vomitar en cualquier momento.

Mamen entra al baño. Se mira en el espejo con asombro. ¡Hacía años que no pillaba una tan buena!. El pelo alborotado, el rimel hasta los labios, la boca con sabor a cenicero y tequila, los labios secos como el desierto, una sensación de pesadez en el cuerpo terrible y una acidez que le sube y le baja del estómago a la garganta, como si hubiera un parque de atracciones dentro de ella, lleno de niños drogados de azúcar. De todos modos, no puede evitar que una sonrisa joven le nazca de sus profundos labios, acompañada de un baile ridículo frente al espejo. Se limpia la cara con un poco de agua y se pringa, aún más, con los restos de maquillaje que tiene en la cara. Frota con fuerza sus mejillas, con una toalla blanca, que adquiere un horroroso color ocre. Moja la cabeza, bajo el grifo, y enreda la toalla sucia en su cabeza. Mamen se dirige a la cocina, arrastrándose por las paredes del pasillo, esperando un buen café, unas tostadas con aceite y unos cuantos ibuprofenos y paracetamoles sobre la mesa.

- Pe pe… pero bueno – tartamudea Mamen - ¡Que sorpresa chicas! – exclama -¿qué hacéis todas aquí?, ¿no os ibais a un hotel ayer a la noche? – le dice a su grupo de amigas, que están preparando el desayuno en cadena.

- Ya se ha despertado la figueta de Mamen – dice Amparo riéndose de ella – ¿Como te encuentras después de tragar y tragar cubatas y cubatas, sin olvidarme, de la interminable ronda de chupitos de tequila, en la que, finalmente, solo participabas tú?.

- Bueno… bien… ¿pero alguien me va a decir que hacéis aquí?, ¿ha pasado algo? – pregunta preocupada.

- Preciosa, ¿no te acuerdas de lo que hablamos ayer? – dice Dulce asombrada.

- No. Solo recuerdo el comienzo de la cena, las primeras cervecitas, y mi cerebro a hecho puff en algún momento, pues no hay mucho más que pueda recordar de ayer – dice rascándose la cabeza.

- Mamen… ¡vamos a atracar un banco! – gritan las cuatro mujeres alegres, en pijama.

- ¿Queee? – grita histérica de nuevo - ¡Oh dios! ya recuerdo… por favor, siento que me vuelve el vómito de nuevo – se sujeta la boca con fuerza y sale corriendo hasta el baño, donde parece una inagotable tragaperras, que expulsa un tremendo premio. Vuelve a la cocina alucinada, mientras que sus cuatro amigas se ríen, como locas, de la situación. Se sienta con ellas, se mete en la boca un par de analgésicos y le da un rápido sorbo al café hirviendo, tragando con dificultad las pastillas.

- ¿Ya estas más calmada Mamen? – dice Helena, dándole palmaditas en la espalda. Ha preparado un delicioso pastel de higos con crema de avellanas, para desayunar. Le corta un trozo y se lo sirve en el plato.

- No gracias, se me ha quitado el hambre – dice Mamen con la mirada caída hacía sus manos.

- Pues dámelo a mí – dice Pilar cogiendo el pastel del plato con suma avidez – que ya sabes que yo como por dos – sonríe, mientras caricia su enorme vientre de ocho meses, y le da un enorme bocado al pastel.

- Bueno chicas… ya se que ayer dijimos muchas cosas y se que nuestra acción sería por un buen gesto… pero, ¿robar un banco?, ¡chicas estábamos borrachas ayer cuando decíamos todo eso! – vuelve a gritar alterada - ¿Cómo vamos a hacerlo?, ¿cuándo?, ¿y cuál banco pensáis atracar, pequeñas ángeles de Charlie? – pregunta nerviosa.

- Tesoro, mientras dormías plácidamente lo hemos planeado todo – dice Pilar terminando el pastel en tres bocados– Atracaremos, mañana, el banco central de Valencia, en el que trabaja Amparo – dice señalándola, esta sonríe mientras bosteza.

- En ese banco, aunque es el central, no hay mucha vigilancia, hay un par de cámaras de seguridad, polvorientas, y dos guardias mataos – señala Amparo – No será muy difícil, me conozco el edificio, como si me hubieran parido allí mismo. Además, me pasó más de cincuenta horas a la semana entre esas paredes. El plan es el siguiente, mañana, lunes, a las nueve y cuarto de la mañana, que habrán un par de abueletes, entrareis las cuatro, más confiadas que nunca, y dos se quedaran en la puerta, y las otras dos, vendréis a mi ventanilla, y me apuntareis directamente con una pistola y gritareis “¡Manos arriba, esto es un atraco!. Y si alguien hace algo extraño le vuelo la cabeza a está zorra engominada! – dice Amparo – Será pan comido. Os doy la pasta, y rápidas huís por patas, y lo celebramos después con una comida en mi casa, pero sin tequila – sonríe.

- Esto no es posible. ¡Que ya no tenemos dieciocho años!. No podéis pensar en todo lo que nos puede pasar. Desde que nos peguen un tiro a acabar en la cárcel. ¡Coño, que me quitarían la tutela de Luís! – dice sollozando – además Pilar está embarazada, Helena tiene una nena en casa esperándola, Dulce es Dulce, y no quiero que quiera seguir su vida en la cárcel, y tú, Amparo – dice señalándola – perderás cualquier posibilidad de adoptar a Ling.

- Mamen… tranquila. Manoli nos necesita y necesita ese dinero. Sabemos como está su corazón, cada día más débil, así que tenemos que conseguirle todo el dinero necesario para todas las operaciones que necesite – dice Amparo prestándole un pañuelo para que se suene los mocos - Además, tenemos una abogada en el grupo, así que no te calientes más la cabeza, Helena nos saca de cualquier problema chasqueando los dedos – añade Dulce con un alegre guiño.

- Bien chicas… ¿pero alguien me quiere decir de donde vais a sacar pistolas?, ¿y donde cojones las esconderemos?, ¿o pensáis pasear por el centro de Valencia con una pistola en la mano? – dice Mamen escéptica.

- Pistolas mmm pistolas, pues va ser que no, pero ahora me acerco a casa de mi padre y le quito los rifles de caza y ya ¡listo! – dice Pilar recogiendo la mesa – y lo de esconderlas, ya lo improvisaremos. Venga, y ahora, en marcha, que tenemos mucho que hacer antes de irnos.

Son las seis de la tarde, nos dirigimos a Valencia en la vieja furgoneta de Ramón, Pilar se la ha cogido sin que se diera cuenta. Como se nota que antes era cleptómana. Tiene un arte para robar sin que nadie se percate de que le falta algo. Le ha dicho que iba a pasar unos días en Valencia, con las chicas, para ir a visitar a Manoli al hospital. Las chicas están muy alegres, pero yo no puedo parar de pensar que nada va a salir bien, de este alocado plan. Al llegar a Valencia, dejamos la destartalada furgoneta de Ramón, en un parking alejado, y vamos andando hasta un hostal, cerca de RENFE, que nos recomienda Dulce, de una de sus fogosas aventuras. Una larga caminata de hora y media, y yo llevo los tacones de la noche anterior. Pilar transporta, los rifles, en cuatro bolsas de tela rosa, para el pan. Asombrosamente, parece que lleve panes de verdad, y nos dejan pasar al hostal sin ningún problema. De la tensión de la situación me sale urticaria por los brazos y no puedo parar de rascarme con una posesa. ¡Ahhhhh! Me arrancaría toda la piel con los dientes. Dejamos las cosas preparadas para el día siguiente, nos despedimos de Amparo y dormimos, pues mañana será un día muy largo.

Helena, Dulce, Pilar y Mamen, desayunan en un pequeño bar, de al lado del banco. Quedan veinte minutos para que tengan que actuar. Mamen no deja de rascarse los brazos como una loca y Dulce, a escondidas, se santigua así misma. Pagan los dos café con leche, el café solo, el zumo natural de naranja, sin pulpa, y las tostadas con tomate y aceite, y se dirigen hacía el banco. Se fuman un cigarro en la esquina de la calle, sacan de sus mochilas, cada una, su careta (llevan caretas escolares de animales, de Manuel, el primer hijo de Pilar. Están hechas con arcilla blanca y pintadas con temperas) y entran en el banco. Hay un par de clientes en la zona de ingresos y pagos, y una pareja en la zona de préstamos. Solo hay un guardia, el más viejo, al que se le cierran los ojos del sueño. Ni se percata de las graciosas máscaras de las chicas. Mamen y Helena se quedan en la puerta quietas, impidiendo el paso y Dulce y Pilar, se dirigen, rápidas a la ventanilla de Amparo. Todas sacan el rifle y Pilar grita “Esto es un atraco” cogiendo del pelo a Amparo. A está se le escapa una risa incrédula. Dulce le da una colleja y está vuelve a su papel de cajera indefensa y asustada. Arrastran a Amparo hasta las cajas de seguridad y arrasan con todo el dinero, mientras, Helena y Mamen, vigilan a los pocos clientes de la sala. En cinco minutos acaban con todo, guardan sus rifles, y salen corriendo del banco sin problemas, guareciéndose en una tienda de ropa y comprándose algo distinto, para no ser descubiertas por el centro.

A las dos de la tarde, Amparo vuelve a su casa, después de un largo interrogatorio. Las chicas están bebiendo vino y contando el dinero.

- Os odio – dice Amparo – me ha tocado estar dos horas testificando contra vosotras. ¡No podéis imaginaros lo aburrido que ha sido!. – dice sirviéndose una copa de vino tinto hasta arriba – Pero al menos me he burlado de vosotras un rato. El banco ha estado cerrado toda la mañana, y al revisar las cámaras, se han dado cuenta de que no estaban conectadas. Lo que ellos no saben, es que mi mano piadosa las desconecto, como la alarma de seguridad – ríen todas.

A las ocho de la noche van al hospital a ver a Manoli. Es hora de visitas.

- ¡Sorpresa! – gritan las cuatro entrando en el cuarto de Manoli. Le dan un precioso ramo de rosas rojas y un globo de Bob Esponja.

- ¡Chicas, que sorpresa! – dice Manoli emocionada - ¿Qué hacéis aquí todas?, ¿qué tal fue la cena en Cuenca?, ¿cuánto ha bebido Mamen está vez? ¿y con quien se ha liado Dulce?, ¡ey! ¿a que esperáis para abrazarme? – dice abriendo los brazos esperándolas. Todas se abalanzan sobre ella y la abrazan, la besan con un adorable cariño – Un momento… Amparo, ¿como estás? – dice Manoli preocupada – he visto en las noticias que está mañana han robado en tú banco. ¿Estás bien perlita mía?

- Muy bien Manoli. Han sido muy amables las ladronas estas – sonríe Amparo.

- Me he reído tanto al ver la noticia. Han dicho que cuatro mujeres, han entrado con mascaras de animales y rifles, guardados en bolsas de pan, y se han llevado todo el dinero de las cajas fuertes. ¡Alucinante! – dice Manoli – No me lo podía creer cuando lo vi… ¡Ah! esperad, eso no es lo más fuerte… ¡había una embarazada entre ellas! – exclama alucinada Manoli – y la que estaba con ella en la puerta, se ve que dejo un buen rato el rifle en el suelo, por que tenía urticaria y se estaba rascando los brazos todo el rato – ríe Manoli - ¡Eso si que es ser profesional! – añade.

Las chicas se echan miradas cómplices entre ellas y Manoli se queda parada un momento pensando en las coincidencias de las ladronas y sus queridas amigas. No se lo puede creer.

- ¡Por favor chicas abrazadme de nuevo! – exlama Manoli asombrada.

Comentarios

  1. Menuda historia la q te as sacado esta vez jejeje
    lo de la cena y los tekilas me a recordado a la cena de anoche
    ya sabes la proxima vez q salgamos a cenar tenemos q planear nuestro propio atraco jejeje
    muy dibertida la historia y q locas estan
    esta guay esta historia
    y eso
    asta la proxima

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  2. Hola!
    Otra historia muy interesante y novedosa ya que no aparece ningún personaje muerto, además has aportado un toque de humor, lo que la hace mucho mejor.

    Bueno, sigue así y no cambies nunca tu forma de escribir, logras describir las escenas de una forma que el lector pueda introducirse en ellas y vivirlas directamente, eso es lo que me gusta de tus historias.
    Un beso y hasta la próxima!

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  3. Hola,
    Pienso lo mismo que tú, la monarquia española se salva por las personas mayores que están aferrados a las costumbres antiguas, por lo tanto los reyes y los principitos podrán tocarse los huevos hasta que nuestra generación, más moderna y culturizada, ascienda al poder, hasta entonces tendremos que pagar nuestros impuestos para que estos señoritos puedan vivir como reyes.

    En cuanto a lo que me comentabas del toque que querías darle a esta historia creo que lo has conseguido perfectamente, seguro que ninguna historia se puede resistir a tu imaginación así que todos los toques que te propongas seguro que los consigues con creces.

    Respondiendo a tus preguntas, las clases van bien aunque ya toca empezar a mirar los temas y hacer resúmenes porque siempre me dejo todo para el último mes antes de los exámenes y así me va, con una media de 6... :-s así que espero que este año la pueda subir un poco. En cuanto a las optativas me he elegido: politica medioambiental, sistemas informatizados contables, creación de empresas y macroeconomía.¿Has elegido tu alguna de esas? Bueno y ¿tú como llevas tu último año?¿ya estás pensando en algún trabajillo o algo que hacer para cuando acabes?

    Bueno, esperaré a tú próximo post así que no tardes =P. Un beso!

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