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Libertad la llaman

Soy libre de reír, de amar y de sentir. Soy libre de abrazar, libre de cantar, vitorear y silbar. Soy mujer. Sin grilletes y barreras. Soy luchadora. Y aunque me lleven negando durante siglos todos los derechos que me corresponden, guerreo por ellos. Respiro igual que todos, me emociono y lloro, me enfurezco y grito. Soy esa, ella, esta, tú, nosotras, vosotras y todas. No soy ningún icono, soy parte de vosotras, que con vuestra fuerza y espíritu barréis las calles de prejuicios, discriminaciones y desigualdades. Tejéis un manto que nos une, nos cobija y nos protege. Vuestras palabras llegaran lejos, retumbaran en las conciencias de aquellos que dudan de nuestra libertad, transformaran los mensajes de odio y misoginia. Y todas nos alzaremos en nombre de la libertad. Si queréis adquirir el libro solidario "El vuelo de Neleb", lo encontraréis en la web de ACEN -  En la página 125 encontraréis este microrelato mío.

Running Gun Blues

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- ¿Cómo dices que la encontraron? - Rodeada de discos de blues y jazz. Pálida. Inmóvil. Muerta – suspira inquieta. - ¿Qué es lo que tomó? - Una droga experimental. La llaman 369K5OB. - ¿Pero por qué lo haría? – dice incrédula – Tan joven, tan bella… ¡tan llena de luz! Las vecinas curiosas ven como se llevan el cadáver de la apuesta Evelyn. Lloran confusas. Era menor que sus propias hijas. Meses atrás Evelyn había descubierto que estaba enferma. Después de un largo tiempo de tratamientos horrorosos, de luchar sola ante una enfermedad que la estaba consumiendo, de baños de lágrimas diarios… decidió huir de todo ello, envuelta de la música que siempre le había dado vida. Fotografía dada por Valencia Escribe -  Erin Collins (EUA), titulada "Believe in Mistery"

Furtivos

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- Ya no quedan espacios libres de contaminación. Cada día aparecen seres más extraños, mutantes radiactivos y monstruos horrorosos. Pero, ¿qué quieres que te diga?, esos elefantes alados alegran mi vista.  - Cállate y pásame la pistola. ¡Esas alas valen oro, y lo sabes! Un sordo disparo atraviesa el aire nauseabundo. El elefante brama en el suelo, rodeado de una sangre brillante, verdosa y fluorescente. Microrelato inspirado de una foto dada por Valencia Escribe 

Teorías del psicoanálisis

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- Yo lo que creo es que usted, tras matar a su padre, y eliminar el deseo involuntario de mantener una relación carnal e incestuosa con su madre, ha acabado recayendo en su fase anal. ¡Las evidencias lo demuestran! - ¡Harto estoy de psicoanalistas como usted obsesionados con las teorías de Freud!  –dijo el señor conejo mientras olisqueaba sus excrementos con cara de disgusto. Inspirado en una fotografía de Valencia Escribe -  “I can't go back to yesterday because I was a different person then.” ― Lewis Carroll, Alice in Wonderland  

Recuerdos

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Siempre pensé que mi hermana me tenía manía. A mí y a la gata de la casa. Viendo fotos  como esta, no me cabe ni la mínima duda. Tres horas,  dios, tres horas nos dejó allí  encerradas. Microrelato basado en una fotografía seleccionado por  Valencia Escribe

Soñé

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Soñé con una vieja escalera. Con una bailarina somnolienta. Me traía flores a la tumba. Sé que sonaba música, pero no la alcanzaba a escuchar. Me desperté en el metro. Siempre tengo el mismo sueño, siempre en la misma parada. Microrelato basado en una fotografía seleccionada por  Valencia Escribe  -  Florence Menu  — con Evelyne Motmans

La puerta al jardín cerrado

Siempre me ha gustado ver la copa de los árboles. Aunque sea en plena ciudad, una zona arbolada despierta en mí una paz y una calma que ni las medicinas consiguen. Hace mucho que los fármacos no me hacen nada. ¡Malditos medicamentos! ¿Tú que piensas? No, no digas nada. Mejor ahorra fuerzas. Mi jardín es mi templo. Mi mausoleo personal. Donde alcanzo el nirvana. ¿Ves? Estamos rodeadas de naturaleza. Arbustos, enredaderas, limoneros, almendros… pero de lo que más estoy orgullosa son de mis flores. Míralas, ¡son bellísimas!  Las flores representan la bienvenida para el alma. Estas flores blancas simbolizan el cielo, el paraíso y el camino a la redención. Esas amarillas son la tierra: húmeda, mojada. También hacen referencia a la fuerza de la luz del sol y de la vida. Las lila son el luto, son la efeméride de la muerte y, como no, encarnan la tristeza. Todas esas que ves rojizas, mis preferidas, son la expresión de la sangre de Cristo y la resurrección, así como la vida humana y animal.

Entre las nubes

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- ¡Me encanta! ¿Cómo has conseguido esto Willy? - Uno tiene sus contactos – Brian sonríe y le mira con dulzura – Además, te dije que te llevaría a cenar entre las nubes. Y ya sabes, cuando me propongo algo, nadie me frena. - Te amo Willy. Chocan las copas y disfrutan de las majestuosas vistas que tienen delante de sus ojos vidriosos. Los rascacielos vertiginosos penetran las nubes y son testigos del amor entre dos amantes cansados de ocultarse. Las luces de la ciudad pintan sus sombras pasionales en el pavimento gris. Microrelato basado en una fotografía seleccionada por  Valencia Escribe

El sonido del agua

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Como me gusta escuchar el sonido del agua chocando contra el asfalto. Salir a la calle y observar cientos de paraguas erguidos bañándose bajo la generosa lluvia. Siempre sonrío al ver a alguna niña saltando sobres los charcos. Me recuerda a cuando jugaba junto a mi hermana, donde una pequeña charca solía ser un pozo de deseos, una ciudad submarina o incluso un océano de sueños. Inspirado en la fotografía  Perfectly Depicting Rain del fotógrafo  Eduard Gordeev. http://valenciaescribe.blogspot.com.es/2014/11/el-sonido-del-agua.html

Emanaciones de efluvios estigmatizados

Nos encontramos extraviados en un Estado de estrés y esfuerzos endemoniados. Estamos enjaulados en elementos extraños que estimamos efímeros, pero no lo son. Enardecidos expulsamos discursos endurecidos, nunca edulcorados, con eructos y enorme enajenación. Explotamos elegantemente bajo el embrujo de esos expertos embusteros que nos embaucan y engañan sin entera educación.

Escapada

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Y caminaban cogidos por la cintura, como el primer día en que dijeron adiós a sus antiguas vidas. Libres y felices, lejos de los barrotes oxidados de la residencia. Microrelato basado en una fotografía propuesta por Valencia Escribe http://valenciaescribe.blogspot.com.es/2014/11/escapada.html

Duelo

Y vacilante le miro a los ojos. Sabía que no lo podría soportar. En un segundo sus cuerpos batallaban desnudos, en una lucha que solo ellos conocían. Caricias, golpes, lamentos y pasión. Duelo de amantes en una alcoba abrasada por las llamas de su fricción.

Consume

Consumo. Porque es lo que debo. Consumo. Porque lo necesito.   Abro los ojos. Empieza un nuevo día. Es hora de comprar. Tarareo la canción del   Colacao   mientras desayuno contenta, pues tomo mis cereales   Special K . He adelgazado dos kilos y hoy iré a comprarme un nuevo bikini.   Tengo   que comprarme un bikini. Los que tengo en el cajón son de la anterior temporada. Necesito algo nuevo, fresco y de moda. Creo que este año se lleva el añil, según el último reportaje que ojee en una revista mientras me cortaba el pelo. Que no se me olvide,   me urge   champú   L’Oréal.   Me encanta el nuevo anuncio con Jennifer López moviendo su melena. Se me hace tarde y tengo una mañana de compras largas. Recojo mi taza de   Ikea , y la pongo en el lavavajillas. Una pastillita de   Calgonit   y todo reluciente. Estos nuevos detergentes son tan eficaces como dicen. No me fío de la marca blanca, al menos para estos menesteres. Cojo el coche. La mañana es fresca y está llena de luz. ¡R

Magia

El mago estaba hundido en una terrible depresión. Nunca, nunca recibía ningún aplauso tras sus representaciones. Ningún espectáculo tuvo su merecida ovación. Él no podía llegar a entenderlo. La gente le admiraba, le adoraban, incluso algunos lo comparaban con Dios. Entonces ¿por qué? ¿Por qué no bañaban sus oídos con el sonido de sus palmas? Eso debía de acabar. El mago tenía un último truco preparado. Iba a desaparecer. Pero no esa vieja patraña de esconderse y luego volver a mostrarse. No. Él iba a desvanecerse de verdad. Y así fue, delante de los ojos inquietos de millares de espectadores el mago se esfumó. Volatilizándose en cientos de partículas que danzaron en el aire durante minutos. El público enloqueció, y aplaudieron como nunca lo habían hecho. Aclamaron por su regreso, festejaron el truco jamás visto, elogiaron al gran mago… pero este jamás volvió. No apareció frente a ellos, que incrédulos, marcharon de la sala sonrientes, alabándolo, palmoteando sin césar. 

Las amapolas también lloran

Antes lo único que hacíamos era recoger setas: de chopo, de cardo, patas de perdiz, rebollones, etc. A veces íbamos a la noguera del tío Paco, y nos llevábamos quilos y más quilos de nueces. Las niñas eran muy felices, solo hacían que reír, correr, jugar y vivir. Competían a ver quienes conseguían más cantidad de setas. Locas iban entre los pinos, rebuscando en la tierra y arrancando los frutos de la lluvia. Luego llegaron las riñas, las barallas y las peleas. Después de años de tranquilidad, de canastos repletos de boletus y bolsas de vid, los hematomas cubrieron mi piel y llegó el pavor de convertirme en abono para los campos de amapolas que rodeaban nuestra casa. Las lágrimas de mi vida alimentaron esos terrenos yermos, de donde nacieron las flores más tristes y brillantes de todo el pueblo. - ¿Recuerdas cuando jugábamos por estas pinadas? – dice con una sonrisa melancólica. Un sinfín de recuerdos se abalanzan sobre ella. - Claro, como olvidarlo. Pasamos parte de nuestra ju

Sombras

La oscuridad se ciñe tras mis pasos. Me persigue, en forma de manto negro, trayendo consigo todas mis pesadillas, mis miedos y mis desesperaciones. Me golpean los monstruos de la locura y yo me quedo inmóvil, buscando de entre las sombras un atisbo de luz que calme mi conciencia.  Microrelato concurso - Microterrores Podéis encontrar el libro aquí: http://www.diversidadliteraria.com/libreria/microterrores-oct-2014/

Otra víctima más

Tiempo atrás todo eran besos y caricias. Un amor tierno y sencillo. Luego llegaron los celos, la posesión y las peleas. Sonia ha sido la víctima número 37. Otra mujer inocente asesinada por su pareja. Otra víctima de la violencia de género. Esto que narro no es ficción, es una realidad que vivimos día tras día. Una pesadilla a la que están sometidas miles de mujeres. Cárceles sentimentales, de barrotes “invisibles” y verdugos de sonrisas gigantes, son las condiciones a las que deben de sobrevivir . Y no solo son las palizas, los golpes, los hematomas… es la violencia verbal que se ejerce, la anulación de la mujer, la coacción, el miedo, la ofensa, la desacreditación, la difamación, las amenazas, los reproches, la privación arbitraria de la libertad… son tantos los mecanismos y herramientas de las que disponen los varones para amedrentarlas. Sonia no denunció. No pudo llamar a la policía. No tuvo tiempo ni de gritar socorro, o fuego, como le enseñaron sus compañeras en cursos de autode

Cabellos dorados

Y me enredo en las profundidades de esos cabellos dorados. Dentro de ese remolino de mechones se esconden los sueños y pesadillas de su alegre cabeza. Camino a través de las mollosas madejas, vuelo colgada de las lianas de su brillante pelambre y duermo recostada sobre su flequillo, besando su frente con mi diminuto cuerpo. Yo solo busco una cosa, dentro de esa maraña de pelos locos se encuentran las ideas que se escapan de su mente, las imágenes y sensaciones de un intelecto brillante, las notas de música que trepan por su garganta. Su sabiduría me atrapa, me enamora y me inmoviliza. Y aquí estoy sentada sobre sus rizos, empapándome de toda esa luz que irradian sus ilusiones crepusculares. 

Automático

Voy por la vida con el piloto automático puesto. Camino rápida, sin mirar lo que el mundo me ofrece. Cabizbaja a mí destino, a cumplir con mi jornada, mis obligaciones diarias, mis quehaceres rutinarios. No soy consciente de todo lo que pierdo con ello. Solo hago, no pienso. No actúo, obedezco. Pero hay días en los que dejo volar mi imaginación. Mi mente se siente libre. Y camino tranquila, con la cabeza bien alta, disfrutando de la vida. Intensa, brillante y pura.

Inocencia

Sus cuerpos fatigados se encuentran por última vez. Su ropa interior en el suelo, formando un húmedo anillo. Sus manos firmes, llenas de profundas arrugas, se deslizan por sus muslos, acariciando después sus senos, recorriendo con su lengua su espalda, marcando con su aliento un sendero. Y quedan en la cama, como dos niños pequeños, en la penumbra de su inocencia. Microrelato concurso - Sensaciones y sentidos Podéis encontrar el libro aquí: http://www.diversidadliteraria.com/libreria/sensaciones-y-sentidos-2014/

La desconocida

Enciendo la luz y la veo a ella. Está de espaldas a mí. Tiene algo en las manos. No sé que es, pero me lo imagino. Me incorporo en la cama y me cubro con la sábana, con real miedo. “¿Qué haces aquí?” le pregunto confuso. No obtengo respuesta. Siempre con su aire misterioso. Sé que es ella, la reconozco por su olor. Un aroma a lavanda siempre recubre su ser y embadurna sus pasos. “¡Es que no piensas decirme que cojones haces en mi casa a las 3 de la mañana! ¿Quieres que me de un ataque al corazón o qué?” le recrimino molesto. Se abalanza sobre mí, y se queda mirándome a los ojos, petrificada, con un cuchillo que acaricia mi garganta. Estoy muerto, lo sé, voy a morir. La hoja del cuchillo brilla, y esa luz plateada me ciega por un momento. “¿Dónde está Jessica?” me pregunta apretando el cuchillo. No la reconozco, tiene el pelo cambiado, ha pasado de su habitual negro azabache a un cabello con feas mechas rubias, sus facciones aún más duras le envejecen el rostro. Va vestida de forma extr

Miedo y azúcar

<¿Qué es eso hijo?> Ante a esa pregunta no pude darle ninguna respuesta real, aparte de que se trataba de azúcar glasé. Mi madre, más santa que cualquiera, no sé pudo imaginar que lo que colocaba en la tarta de cumpleaños de mi abuelo era speed. Así que así fue, el ochenta y seis cumpleaños de su padre edulcorado con una droga sintética. ¡Menos mal que no vino mi hermana con sus críos! La fiesta no estuvo nada mal, mi abuelo, más vivo que nunca, nos ofreció unos bailes tremendos hasta las tantas. Mi madre reía sin parar, y con la energía que arrojaba decidió ponerse a limpiar la casa de arriba abajo. Le saco brillo hasta a la cubertería de plata, la que le regalaron por su boda. Después, frenética, se subió sobre la bicicleta estática y comenzó a pedalear. Con tanto movimiento que se cargo un pedal. No le importo mucho, pues siguió dándole caña al mismo ritmo. Tengo fotos de la fiesta, por si quisieras verlas... Mi padre se travistió y nos hizo un buen monólogo. Eso lo tengo gra

Chicago en llamas

Si sales por esa puerta acabaré contigo – dice cogiéndole de un brazo con rabia y amargura. No te tengo miedo. Estoy harta de tus amenazas – se suelta de su agarre con destreza. Por favor, no me hagas esto – se lanza a sus pies. Rodea su cintura con sus brazos y esconde su cara en su bajo vientre. Suéltame. No quiero estar contigo. No quiero seguir viviendo así. ¡Me haces daño! ¡Para! Es que nunca aprenderás. Eres mía. ¡Tú me quieres! – le grita mirándole a los ojos. ¿Y tú me quieres a mí? – pregunta ella afligida. Pues claro – dice él, como si fuera totalmente evidente. Pues yo ya no te quiero. No puedo quererte más. Venga, siéntate y hablemos – dice mientras se levanta. La empuja hasta el sofá, golpea su maleta con el pie y la mira - ¿A dónde vas a ir? No tienes ningún sitio en esta ciudad. No tienes a nadie. Solo me tienes a mí – sus duras palabras le atizan. Preferiría vivir bajo el puente más cochambroso de Chicago que seguir a tu lado