Para Laura

Laura, estás son mis últimas palabras antes de que me ejecuten injustamente. No quiero que estés triste, pues debes ser fuerte y cuidar de nuestros hijos, con los que apenas he podido estar. Y aunque ellos me quiten la vida, en este oscuro día, no podrán robar nuestros recuerdos. Esos maravillosos paseos al atardecer, por la costa brava del Mediterráneo, las mañanas en las que te despertaba haciéndote el amor, mientras el sol calentaba nuestros cuerpos, los noches en las que perdíamos la noción del tiempo entre risas y bailes… Laura, te amo. Siempre seré tuyo, tú Enrique.

Microrelato presentado al concurso de microrelatos de Museo de la Palabra

Comentarios

  1. Si yo fuera Laura y me llegara algo como esto, lloraria como una magdalerna jajajaja
    Muy bonito :)

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