Comida para dos
Creo que
cada día lo odio más - piensa Sofía, mientras amputa las patas del
delicioso cangrejo, que había preparado para Alejandro - No se como se
atreve a llegar tarde de nuevo. Cada vez que tengo una sorpresa para él, no
hace más que disgustarme - Se quita la toalla, que recoge su pelo mojado, y se
sirve una copa, hasta arriba, de ese champagne tan caro, que había robado en el
trabajo para esa comida especial. Moja sus labios, en el dulce espumoso, y
deja que el alcohol se deslice por su garganta, filtrándose rápidamente en
su conciencia. Llaman a la puerta, y Sofía, enojada, la abre con ímpetu. Ahí
está Alejandro, con una sonrisa de oreja a oreja, iluminando el
rellano con su figura de Dios griego. Finalmente, acaban desnudos, junto a los
cangrejos, disfrutando de una picante comida para dos.
Microrelato para el concurso Calle de sol
Jajaja que rápido se le pasa el enfado.
ResponderEliminar