Gran diosa madre

Entre todas te crearon y nosotras te invocamos. Necesitamos de tu vasta sabiduría para ponerle fin a esta terrible oligarquía masculina. Te suplicamos que gane la justicia, la cual corre por tus venas de mujer inmortal. Drena los campos con tu sangre y victoriosas bailaremos bajo la luna nueva, alzando la voz por la gran diosa madre que escucha nuestras plegarias. Llena nuestros cuerpos adormecidos con tu exaltada pasión, dándonos la fuerza que creíamos olvidada e insufla en nuestras mentes el conocimiento prohibido, aquel que los hombres apartan de nuestro camino y absorben sin cesar ¡Oh! Reina del caos, la oscuridad, la existencia. Tú eres toda la energía, la savia que nutre el cosmos, el oleaje universal.
Que se extienda la ciencia sobrehumana con el batido de tus alas, rompiendo las numerosas fronteras creadas por los varones. Quítanos el velo que comprime nuestras caras y no nos deja respirar. Queremos que nuestro cabello vuele al son de la libertad y que nuestras palabras retumben en la conciencia de aquellos que nos acallan.
Deja que coronemos tu altar con bellas flores, plantas sanadoras y mágicos árboles. Los cuales se alimentarán de tu dulce leche, dando los frutos más venideros de la humanidad. Sea esta nuestra ofrenda para tu continuidad en el inmenso orbe.
Entréganos la llave a nuestro placer y libéranos de la impuesta concepción. Libra nuestros vientres de la fecundidad otorgada. Queremos ser las dueñas de nuestros cuerpos ¡Solo crearemos vida cuando nuestras oraciones hayan sido escuchadas! Decimos ¡basta! a las violaciones, ¡basta! al derramamiento de sangre inocente, ¡basta! a la injusta vida que se nos ha otorgado.
Protégenos de los barbaros que nos matan cada día. Con sus golpes, su vil lenguaje, sus prohibiciones, sus mandatos, su impuesta autarquía. Otórganos el valor suficiente para silenciar sus sucias bocas, de las cuales nace el odio, la angustia y el rencor. Concédenos la magia que brota de tus entrañas, para que podamos acabar con los patriarcas que nos atacan. Y si debemos ir a la contienda, ¡oh gran madre!, lidéranos en nuestra batalla con tu honrada potencia. Somos tu ejército de almas nobles. Buscamos la paz, la ansiada igualdad. Provoquemos el terror a aquellos que no creen en nuestra valía, propaguemos el desorden, quebremos las leyes que nos abandonan y nos dejan a su merced. Somos guerreras, astutas y valientes. No dejaremos que la maldad crezca en nuestras vísceras. Somos impasibles ante el burdo encanto de aduladores que intentan afanarse de nuestro ímpetu, como tampoco haremos caso a aquellos que intenten deformar nuestro carácter. Somos la vida y la muerte. De nuestros fluidos se da la continuidad de las leyendas, los mitos y las fábulas.
Imploramos a los mares, ríos y lagos, que ahoguen a los inhumanos asesinos de nuestras hermanas, con el llanto derramado tras sus crímenes. Sana nuestras heridas, para que podamos iniciar la esperada trapatiesta. Alza a aquellas que están bajo tierra, las que lucharon por vez primera para que nosotras te aclamáramos. Ilumina nuestras conciencias con la erudición de tu mirada y marca el destino con la gloria de nuestra historia, donde al fin, la justicia tendrá cabida. 
Este relato aparece en el número 23 de la revista Valencia Escribe, en la página 67, acompañado de una ilustración de Adrián Arias - https://www.behance.net/drianaryas

Podéis visualizarla aquí:
https://www.yumpu.com/es/document/view/55357609/ve-23-abril
Y descargarla aquí (en formato PDF):
http://www.mediafire.com/do…/jby96vuzudy11b8/VE-23+ABRIL.pdf
 

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