El valor del dinero

No consigo hacer amigos. Amigos de verdad. De esos para toda la vida. No, la gente me usa, hace lo que quiere conmigo, pero nunca me piden que me quede con ellos. Me pasan de mano en mano, cada cual más sucia. Me introducen en carteras, bolsillos agujereados, cajas roñosas, calcetines sudados, incluso he estado descansando en algún que otro sujetador. Mi valor cambia según donde me encuentro y la gente lucha por conseguirme. Trabajan duro por tenerme en sus manos, pero una vez me atrapan, no duro nada. Me esfumo, sin dejar rastro alguno. Como el rocío por la mañana. Siento aburrirte con mi historia. Siempre que me rulan de esta forma y llenan mi cuerpo de speed me da por hablar sin parar. Por donde iba, sí, eso, amigos… he visto a compañeros muriendo y a principiantes médicos intentando operar con escasos medios. Otros fueron olvidados en sucios pantalones y ahogados por una máquina que llena sus entrañas de agua y jabón. Después la gente lloraba su perdida y según cuanto más mayor era peor. Recuerdo cuando 100 murió, solo quedaba de él un cuerpo frío y húmedo, hecho una bola. Me han doblado, tatuado sin preguntar, regalado, intercambiado… conforme avanza mí vida soy consciente de que no me quieren. No pueden vivir sin mí, pero tampoco conmigo.

- ¡Eh tíos! Mirar lo que me he encontrado en el baño – dice sosteniéndome orgulloso el borracho al que intentaba abrir mi corazón – 20 pavazos. ¡Invito a la siguiente ronda yo!

De vuelta a la caja, con otros ilusos cuyo destino está marcado.



Microrelato publicado en la revista nº 24 de Valencia Escribe (número de mayo) en la página 41.
Para ver: https://www.yumpu.com/es/document/view/55463300/ve-24-mayo
Para descargar: http://www.mediafire.com/dow…/24olt7dqer9k7lf/VE-24+MAYO.pdf

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué hace un bolchevique cuando se zambulle en el Mar Rojo?

Ensoñación (anti)capitalista

Chicago en llamas